2º Premio II Certamen Delirante relato corto: La Muerte y la esperanza
Julio Martínez (Madrid)
El chico se movía impaciente de un lado a otro de la habitación. Le habían entrevistado cinco emisoras de televisión y estaba hiper excitado.
-Es delirante- dije en voz alta- te van a matar en cuarenta y ocho horas y estás más contento que una novia el día de su boda. David, de veintidós años, se volvió, incansable en su celo por ganar a alguien para la causa ecológica.
-No lo entiendes, se trata del progreso, ¡progreso!, gracias a nosotros el mundo será un lugar habitable, el lugar que debería haber sido y que por culpa nuestra no es.
-Seguro, mira…. si el problema es el ser humano ¿por qué nos nos practican a todos la eutanasia?, te aseguro que en cinco años tendremos un planeta más verde y menos contaminado.
David se quedó un rato encajando el ataque. Optó por eludirlo.
-Cada ser humano produce cada año dos toneladas de CO2. ¡Sólo por existir!. La ropa que vistes, la casa donde vives, el agua que calientas para lavarte, la comida que los campos producen, el transporte que utilizas, todo produce CO2, regular la población es la forma más avanzada de controlar la emisión de gases contaminantes.
-Y seguro que te sientes muy bien por ser un héroe del ecologismo.
David no pilló la indirecta, dijo con voz llena de emoción:
-Nuestros cuerpos serán cristalizados en una resina especial y expuestos para siempre como héroes del planeta, seremos recordados cada año en la fiesta de Gaia y cada escolar recitará nuestros nombres y….
-Lo dudo, compañero, cada año el Estado masacra a cien mil imbéciles como nosotros, dudo que los escolares tengan tanta paciencia como para recitarlos todos….
David siguió su discurso sin oírme:
-… somos héroes que se sacrificaron por el bien colectivo, el individuo no es nada…. ¡la humanidad lo es todo!.
-Lo que más me fastidia es que me hagan héroe a la fuerza, con gusto le cedo el honor a otro tonto del bote.
-Más de uno se presentaría voluntario por hacer del mundo un lugar más limpio, por suerte los nombres de la lista Stem son escogidos al azar del censo, sin discriminación de edad, sexo, o incluso entre los no nacidos.
-Pues mira, tengo mis dudas sobre el sorteo ese….. ¿Por qué los servidores públicos no entran en las lista Stem?
-Hablar contigo me da dolor de cabeza- David movió la cabeza con tristeza, para él era una pesadilla tener a un compañero como yo.
Se oyó el cajón donde los guardias dejaban las bandejas de comida. Nos daban cuatro comidas diarias, seguramente les añadían tranquilizantes. Nunca había estado tan tranquilo ante la perspectiva de subir al matadero ecologista. Me levanté con desgana y miré la aséptica bandeja. Zumo de frutas orgánico, un plato con tofu, una ensalada, una pieza de fruta y un plato con legumbres.
-Qué bien, otra vez legumbres, si tanto les preocupa el CO2 podrían ahorrarnos unos cuantos pedos con tanto potaje.
-No sé por qué te quejas de la comida- dijo Dave- es nutritiva y equilibrada.
-Más vale que te calles, a juzgar por el concierto que me diste anoche seguro que elevaste tu tasa anual de producción de CO2.
Dicen que las seis horas anteriores a la ejecución son las más críticas, es por eso que te mandan el psicólogo para que no te deje solo ni un momento. El mío no era mala persona, era sencillamente un imbécil. Observé su prominente barriga, mientras hacía cálculos mentales sobre cuando CO2 había consumido a juzgar por su perímetro.
-¿En qué piensas, Tomás?- me dijo.
No preguntes si no quieres que te responda… pensé.
-En la vida después de la muerte- sólo quería ponerle nervioso. En el cuestionario pedí un psicólogo en lugar de un “guía espiritual”, así que pasaría mis seis últimas horas martirizando al psicólogo con preguntas metafísicas.
El tipo carraspeó incómodo.
-Ya, lo sé, no es tu especialidad, pero voy a morir en seis horas, así que podemos hablar de la vida después de la muerte, ¿te parece?
-Dime, ¿qué es lo que te preocupa?
-He llegado un momento en el que me da igual la muerte, me preocupa más lo que hay detrás de ella.
-Puedes estar tranquilo- dijo el psicólogo- no tenemos evidencia de nada parecido.
-Eso es lo que me preocupa, la indiferencia. ¿Sabías que el cristianismo está construido sobre alguien que dijo que volvió de la muerte?. Me parece un concepto interesante.
El psicólogo se encogió de hombros y miró distraídamente el reloj de la pared.
Puedes ver y escuchar este relato recitado durante la Entrega de premios Delirante aquí: