Terminados los 5 artículos anteriores dedicados a explicar los porqués del dogma acerca del llamado «Pecado original» así como el examen de las palabras del apóstol Pablo acerca de Adán desde una perspectiva que asume la teoría de la evolución de las especies como un hecho y La Biblia como inspirada por Dios… terminamos con algunas preguntas «extras» que suelen hacerse acerca del tema.
BONUS TRACK: PREGUNTAS DEL PÚBLICO:
- ¿Qué ocurre entonces con el pecado de los niños fallecidos?
- Si Jesús fue un personaje histórico: ¿Adán también debió serlo al ser citados ambos juntos en el Nuevo Testamento?
- ¿Creía Pablo en Adán como un personaje histórico?
Comencemos:
1. ¿Qué ocurre entonces con el pecado de los niños fallecidos?
Un argumento para cuestionar el dogma de San Agustín acerca del pecado heredado de Adán por imputación es acerca de la salvación de los niños que mueren:
“Dejad a los niños venir a mí, y no se los impidáis, porque de los tales es el reino de los cielos” Mateo 19, 14.
Si el pecado original heredado realmente solo fuese quitado por la fe en Cristo, los niños que mueren estarían condenados. Pero si creemos que los niños son salvados por algún tipo de acción divina que no es su fe (salvados desde su inocencia o por otro tipo de gracia), entonces se invalida el poder absoluto de la supuesta “marca genética” que ya no sería borrable únicamente por la fe ¿No es cierto? Así que, pensando en los niños, el dogma ya deja de ser tan dogmático… Y ¡Ojo!, porque fue precisamente refiriéndose a los niños cuando Agustín formula la popular expresión: “pecado original”. Él usó esta expresión diciendo: “¿Redimidos de qué…? Como a esa edad no han cometido ningún [pecado] en el curso de su vida personal, no queda más que el pecado original[1]”.
Sin embargo, una mayoría de cristianos estamos seguros de que los niños no reciben ningún tipo de condenación debido al pecado de Adán. No es algo que nos encaje con un Dios justo y amoroso. De igual modo creemos que existe un perdón en conciencia para adultos que no escucharon de Cristo tal y como Pablo también expone claramente en Romanos 2 ¡La misma carta en la que se habla del pecado de Adán!
Así que se acumulan los argumentos para pensar que toda esta teología es más coherente cuando se asume desde un Adán prototípico en Pablo que desde una condena imputada por mera herencia, algo que ya vimos que en realidad es rechazado durante toda La Biblia, ya sea en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.
(Ezequiel 18: 2-4; 20 (TLA). Ver también: Isaías 53, 6. Génesis 6, 5-7; 6, 21.)
Dos preguntas más…
2. Si Jesús fue un personaje histórico: ¿Adán también debió serlo al ser citados ambos juntos por Pablo?»
El apóstol conecta con sus destinatarios desde aquello que ellos conocen. No podría ser de otro modo. En ocasiones incluso incluye citas ajenas a nuestro Antiguo Testamento para ilustrar sus argumentos. En Hechos 14 Pablo cita a filósofos griegos como Pausanias o Filóstrato para sostener la veracidad de su discurso. Pero si mañana se descubriese que Filóstrato no existió (Pablo realmente no pudo corroborar este punto), la enseñanza inspirada que Pablo quiso transmitir seguiría intacta independientemente de la historicidad del filósofo citado ¿No es cierto? Pues lo mismo ocurre en los demás casos de citas a otros personajes. Lo importante es la enseñanza que hay detrás.
Cuando Judas (vs. 14-15) cita un párrafo del libro de Enoc que no está en nuestras Biblias, dicha mención que suponemos veraz no convierte en históricos a todos los personajes del libro de Enoc. Ni hace 100% históricas todas sus extravagantes narraciones. Del mismo modo, Pablo usa elementos creativos que incluyen la personificación, como cuando de Israel dice que “bebieron de la roca, que era Cristo” (1 Co. 10, 4). Y aquí nadie entiende que Cristo estuvo allí históricamente con forma de roca solo porque fue citado así junto a Moisés (v. 2) ¿No es cierto? Y es que el lenguaje figurativo o representativo era un recurso pedagógico común. Por tanto, asumir que “ya que Pablo se refiere a Jesús, que fue un individuo histórico… Adán también debió serlo”… no es un argumento acorde con la narrativa hebrea antigua acerca de la veracidad ¡Nada más lejos de la realidad! Pensar de otro modo es básicamente una proyección errónea sobre el texto fruto de nuestra modernidad.
3. ¿Creía Pablo en Adán como un personaje histórico?
Aquí vale también lo dicho para el punto 2. Añadir también que los autores del Nuevo Testamento se refieren a personajes del pasado tal y como los asumía la cultura de su tiempo. Muchos judíos, probablemente, pensarían que todos los relatos más conocidos acerca de su pasado exponían personajes históricos del mismo modo (por ejemplo) en el que también asumían que el Cosmos tenía tres estratos (Fil. 2, 10-11) o que la esclavitud era el sistema social natural, sin alternativa (Co. 3, 22; Ef. 6, 5-9; 1ª P. 2, 18). Pero la revelación inspirada de La Biblia no radica en la historicidad de estas asunciones que son parte de la narrativa y la cultura del momento.
Si Pablo creyó que Adán fue un personaje histórico real (no sabemos si así lo pensaba) esto no sería una prueba de su historicidad porque la intención de Pablo no es antropológica o genetista sino proporcionar enseñanzas espirituales que pudieran ser comprendidas por sus oyentes tal y como hemos ido desgranando ¿De qué otro modo iba a hacerlo? Las enseñanzas espirituales acerca del pecado del que participamos son para todos, creamos, o no, en la evolución.
Conclusión
Adán y Eva como analogía de la humanidad, primeramente, de Israel
Antes de terminar, queremos exponer un último aspecto fundamental: Las Escrituras se dirigen a un pueblo (Antiguo Testamento) y a comunidades (Nuevo Testamento). La importancia es ante todo la colectividad, y en esto Adán y Eva también son una analogía de Israel, el pueblo de Dios.
El relato de la creación es una respuesta extraordinaria a la crisis identitaria que provocó la cautividad babilónica. Cuando el pueblo lee Génesis percibe la expulsión del Edén como su propia historia de fracaso como nación. Adán, Eva e Israel son expulsados de su tierra tras romper su alianza con Dios.
La salvación es una historia “de y para” la humanidad. Dios crea a la persona en particular, y viceversa, pues en cada individuo se da la vida a la humanidad. Todos nuestros actos personales son actos de la humanidad y la afectan a ella. Todos estamos interrelacionados y es en este sentido que hay un pecado original bíblico. Pero no como lo entendió Agustín en modo ADN. Es en este sentido de interdependencia que todos pecamos desde una responsabilidad compartida.
El Adán histórico versus Adán prototípico se ha discutido y se seguirá discutiendo. Pero sí, sí podemos creer en la inspiración bíblica y en la evolución de las especies ¡Sin duda! Y esto debe traer paz al cristiano evolucionista abierto al diálogo y abierto a la convivencia en la iglesia.
Dar cabida a un Adán no necesariamente histórico me parece la opción más coherente a la luz de La Biblia y de la ciencia. También fortalece la evangelización, la fe, y el discipulado de una mayoría que hoy asume la evolución como un hecho. No obstante, hay cosas que probablemente nunca sepamos en cuanto a qué sucedió exactamente en el pasado, en el principio. En cualquier caso, la falta de certezas debe ser también motivo de nuestra adoración.
El evangelio que transforma el mundo revela que «el primer hombre vino del polvo de la tierra; el segundo de El cielo” (1ª Co. 15, 47), algo que Pablo se esfuerza en hacernos entender: En Cristo hay salvación y nuestro pecado queda perdonado. Damos gracias a Dios por tanto.
[1] Agustín, De poena et remissione peccatorum [Sobre la pena y la remisión de los pecados], I,26; PL 44, 131; Vivès 30, pp. 31-32