Paso 1 ¿Qué es la INSPIRACIÓN divina en La Biblia?

Cómo leer lo más difícil de La Biblia. Paso 1.

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¡Hola!

Este es el primero de 15 artículos dedicados a cómo comprender lo más complicado, chocante y repulsivo de La Biblia.

Este es un asunto vital para el cristianismo actual en el que cada vez más jóvenes (y no tan jóvenes) abandonan la fe debido a una visión simplista y poco convincente de la coherencia de La Biblia recibida en sus iglesias y desde la apologética cristiana convencional. Este problema  también impide que personas buscadoras de la verdad no se conviertan al cristianismo ¿Y qué podemos hacer como cristianos guiados por La Biblia?

En los siguientes 15 artículos abordaremos aspectos de interpretación bíblica un tanto tabúes y habitualmente mal comprendidos o habitualmente explicados poco convincentemente desde las iglesias.  Sin aparcar el cerebro, comenzaremos por aclarar principios como «inspiración» o «interpretación» para luego -en los siguientes artículos- sumergirnos los asuntos más desconcertantes como las contradicciones, los relatos enfrentados, la ambigüedad o las atrocidades en el nombre de Dios. Según avance la serie iremos creciendo en una nueva comprensión de estos asuntos que esperamos te transporten a una mayor confianza en La Biblia, así que… ¡Sigue esta serie de 15 pasos hasta el final!

Paso 1. (Artículo 1 de 15) de la serie «Cómo comprender lo más chocante de La Biblia» : ¿Qué es la inspiración divina en La Biblia?

El arte, la cultura o el consenso moral para la carta de los Derechos Humanos… ¡Tantas cosas importantes! Y es que Occidente sería hoy otra cosa sin el cristianismo. Pero además de este inabarcable legado social, millones de personas seguimos afirmando hoy que La Biblia posee cualidades transformadoras y únicas para bien.

Otras personas, sin embargo, tienen una percepción muy diferente. Muchos observan en Las Sagradas Escrituras asuntos inverosímiles y moralmente inaceptables: Matanzas de niños en el nombre de Dios, capturas de vírgenes como botín de guerra, textos que parecen contradecirse entre sí o leyes que parecen claramente misóginas, excesivamente sangrientas e injustas.

Cristianos comprometidos también luchamos en silencio cuando nos acercamos a determinados asuntos bíblicos sin obtener respuestas morales y lógicas realmente convincentes.

Pero… ¿Cómo puede un libro ser tan “bueno y malo” a la vez? ¿Es posible considerar La Biblia como la historia de un Dios de amor revelada al mundo?

Sin duda, uno de los asuntos cruciales dentro del cristianismo actual no es tanto la creencia en la veracidad de La Biblia (algo que la mayoría asumimos) sino el cómo entendemos que esa inspiración bíblica funciona y en qué consiste su veracidad ¡Este es el epicentro de nuestros dilemas eclesiásticos!

¿Cómo pide ser interpretada La Biblia? Asomémonos a sus contextos originales y hagamos preguntas.

En primer lugar, una aproximación pertinente a La Biblia debe partir de nuestra voluntad real para situarnos -lo más que podamos- en los zapatos de los autores bíblicos originales. Necesitamos humildad y curiosidad para indagar acerca del pensamiento del oriente próximo de hace miles de años. Como comenta el biblista conservador Michael Bird, “cualquiera que solo conoce la Biblia, y no conoce la vasta historia de la antigüedad, realmente no conoce la Biblia. Conocer la Biblia es conocer su mundo, ya que el significado está determinado por el contexto, y el contexto es lo que nos salva de cometer graves errores de interpretación[1]”.

Así que el primer consejo para comprender mejor La Biblia sería más o menos el siguiente: Cuanto más y mejor conozcamos el mundo antiguo más preparados estaremos para abordar preguntas clave como: ¿Qué pretendía el autor? ¿Qué cambios buscaban producir en sus destinatarios? ¿Qué quería que se mantuviera del legado de su cultura? ¿Qué figuras del lenguaje eran comunes y cómo se entendían? ¿Qué cosmovisiones o mitos daban sentido vital a aquellas sociedades?

El contexto de La Biblia es  multicontextual: Contexto personal, comunitario, político, simbólico, lingüístico, económico, cultural, etc. Y también está nuestro propio multi-contexto como intérpretes.

Nos ayudará hacerse preguntas respecto a lo que ocurre dentro de la misma Biblia. Por ejemplo: ¿Cómo interpretaron los relatos más antiguos algunos autores bíblicos más tardíos? ¿Deja de ser inspirado un texto que matiza o reconduce otro principio bíblico expuesto anteriormente por otros autores? ¿Podemos extraer enseñanzas de textos supuestamente enfrentados entre sí? ¿Qué mandatos de La Biblia deberíamos tomar para nosotros hoy? ¿Qué podemos aplicar a nuestra vida de aquello extraño que leemos? Todo esto lo iremos analizando a lo largo de esta serie.

¿Qué es y qué no es inspiración?

Para nuestro análisis y consejos tomamos como criterio que La Biblia está inspirada por Dios. Pero será importante definir qué entendemos exactamente por inspiración. De momento, preguntémonos: ¿Implica la inspiración un estado de trance? ¿El escritor inspirado abandona aquello que su cultura asume acerca de astronomía o historia?

La respuesta a estas últimas preguntas es NO. Así lo comprobamos en Lucas, por ejemplo, cuando comienza su evangelio diciendo: “Me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden” (Lc. 1, 3).

Admitir su parecer personal como hace Lucas, así como indagar y poner en orden los acontecimientos, queda lejos de una visión “mágica” del texto como caído del cielo sin contexto alguno. Este tipo de inspiración requiere de esfuerzo y de una planificación lógica de su trabajo desde la metodología que él aprendió. En este tipo de inspiración intervienen los recursos humanos asumidos por el autor.

La inspiración bíblica no pretende enseñar ciencias sino señalar a Dios

Para comprender mejor los textos difíciles de La Biblia debemos entender que la inspiración es también un don dado al autor dentro de los límites de su cultura. Por esto en ocasiones simplemente nos hablarán de la grandeza de Dios desde cómo en su cosmovisión se entendía materialmente el universo. Pero no podemos ver ahí enseñanzas de ciencia dadas por Dios para nosotros. El propósito no era enseñar ciencia sino señalar a Dios como Señor de todo y otras cuestiones no materialistas (Más sobre este asunto en: ¿Pretende Génesis 1 y 2 ser leído literalmente?)

La inspiración bíblica no pretende validar valores culturales como mandatos atemporales como dados por Dios

En otras ocasiones los autores reflejan aquello que en su cultura se considera una buena forma de acometer acciones correctas y pertinentes como, por ejemplo, educar a los hijos y no destenderlos.

Cuando en Proverbios 22, 15 leemos que debemos “corregir a nuestros hijos con un palo” el autor está exponiendo la necesidad de disciplina para los hijos desde su experiencia y cultura.

Pero esto no significa que Dios nos ordene a nosotros pegar a nuestros hijos con palos del mismo modo en que no nos casamos con nuestras cuñadas viudas (como se ordena en Dt. 25, 5-6), como tampoco apedreamos a adolescentes rebeldes (Dt. 21,18-21), ni hacemos muchas otras cosas que se ordenan en La Biblia para mantener el respeto a los padres o la atención de las viudas.

Buscamos estos mismos principios de honra, disciplina y respeto, pero de otra forma.

En este ejemplo de los palos para corregir niños ciertamente sí podríamos meditar acerca de que -por ejemplo- no es bueno dejarlos todo el día jugando a videojuegos y que necesitan aprender que las malas decisiones tienen consecuencias.

En ocasiones pueda suceder que no haya una enseñanza o aplicación directa para nosotros. Las listas bíblicas genealógicas, por ejemplo, no tienen demasiada aplicación práctica para nosotros. Pero de ellas aprendemos de la historia de Israel y nos ayudan a situar contextos temporales de otros relatos bíblicos.

La inspiración bíblica puede conectar la experiencia del autor (sea mala o buena) con la nuestra

Luego habrá ocasiones en las que simplemente el autor bíblico se estará desahogando o incluso afirmando algo equivocado ¿¡Pero… ¿¡Cómo!? ¡¿Cómo puede haber inspiración en esto?! Pues ciertamente la lección que podremos encontrar en algunos textos recaerá en ver cómo Dios deja que el autor eche todo lo que está dentro suyo ante de su presencia, incluyendo quejas o deseos de mal para otros. Que Dios permita este desahogo o malos deseos no significa que a Dios le parezca bien. Pero estos textos nos muestran la compasión de Dios ante nuestro dolor y sentimientos oscuros.

La lección de un texto puede estar también en no imitar lo que leemos ya que, como suele decirse, quien ignora la historia está condenado a repetirla. De todo esto iremos viendo ejemplos durante la serie.                                                                                              

En conclusión:

Los textos requerirán de la ayuda del Espíritu Santo para nuestro discernimiento para contextualizar la pertinencia de los aprendizajes en nuestra situación particular o comunitaria. Tan importante será conocer qué dice un pasaje, como qué reacciones quería provocar y si estas son convenientes para nuestras circunstancias.

La inspiración se discierne desde La Palabra encarnada: Jesús

Es cierto que no siempre resultará fácil señalar qué hay de cultura, de experiencias del autor, de protesta socio-política, de crítica a la casta sacerdotal y qué puede haber de revelación atemporal para nosotros como cristiano.

Sin embargo, además de acudir a comentarios bíblicos rigurosos o de pedir ayuda a creyentes bien informados, ya adelantamos que en esta serie iremos viendo como sí podremos comprender muchos textos difíciles cuando los filtramos desde Jesús como La Palabra encarnada (Juan 1, 1). Esta será la clave principal de toda exégesis y hermenéutica para comprender lo más difícil de La Biblia: Jesús.

En el siguiente artículo «La INSPIRACIÓN dentro y fuera de La Biblia» analizaremos el término “inspiración” en La Biblia y veremos qué nos muestran Las Escrituras acerca de esa inspiración dentro… ¡Y también fuera de La Biblia! Será el paso 2 de 15 de esta serie que irá yendo a más.                                         

[1] Michael F. Bird, Siete cosas que desearía que todo cristiano supiera sobre la Biblia, Clie, 2023, p. 79

2 COMENTARIOS

  1. Excelente introducción. Compro todas las ideas vertidas.
    Un detalle para que corrijáis.
    Hay un párrafo repetido dos veces.

    “En ocasiones también ocurre que no existirá una enseñanza o aplicación directa para nuestras vidas en lo que leemos en La Biblia. Las listas bíblicas genealógicas, por ejemplo, no tienen demasiada aplicación práctica para nosotros. Pero ellas nos ayudan a situar una línea cronológica de los sucesos y los diferentes contextos.

    En ocasiones pueda suceder que no haya una enseñanza o aplicación directa para nosotros. Las listas bíblicas genealógicas, por ejemplo, no tienen demasiada aplicación práctica para nosotros. Pero de ellas aprendemos de la historia de Israel y nos ayudan a situar contextos temporales de otros relatos bíblicos”

    Buen trabajo. Seguid así.

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