domingo, marzo 9, 2025

La derrota del Leviatán ¡Procurad la justicia social!

GÉNESIS 1-2 EN SU CONTEXTO: PARTE 3 DE 3

En el primer artículo de estos tres sobre Génesis 1 y 2, explicamos cómo el relato de la creación no pretende ser leído literalmente.

En el segundo expusimos de qué trata realmente desde su contexto y terminamos contando que la creación era sinónimo de liberación espiritual y social.

En este tercer y último artículo queremos exponer cómo esta idea de creación=liberación se manifiesta fuera del Génesis en otras partes del Antiguo Testamento ¡Era algo muy importante para un pueblo de Israel rodeado de dioses y cosmogonías que marcaban el destino de la humanidad!

Creación = Liberación, también en el resto de La Biblia

Fuera del Génesis, los textos acerca de La creación en el resto del Antiguo Testamento también se asocian con la liberación de las naciones opresoras (Isaías 40, 21-13 42, 5-7; 51.,9-11; Salmos 72, 12-14; 19-20; 89, 8-11, 14; 105, 5-9[1]). Prácticamente sin excepción.

Profetas y salmistas vinculan la justicia con el propósito de la creación. Para nosotros son temas que nada tienen que ver entre sí. Pero en La Biblia esta correlación entre justicia con el débil y la creación es constante. Y esto es algo de lo que el lector actual no suele percatarse. El Antiguo Testamento repetidamente se pone la creación al servicio de la liberación y en contra de la opresión del pueblo.

Monstruos opresores

¿Y por qué? Pues porque para justificar su opresión, reyes y sacerdotes apelaban al poder o revelación de divinidades atemorizantes encarnadas en mamíferos, aves o monstruos marinos como el Leviatán. Esta es la razón por la que en La Biblia siempre son nombrados para reafirmar el dominio de Dios sobre ellos. Por eso Génesis, antes que citar a los cetáceos, las algas o a los dromedarios. declara que “Creó Dios los monstruos marinos…”  (Gn. 1, 21).

El Salmo 74 es un ejemplo explícito al vincular la derrota del Leviatán con el rescate de pobres y víctimas de la violencia:

“Tú dividiste el mar con poder, rompiste la cabeza de los monstruos marinos; destrozaste las cabezas de Leviatán […] Tuyo es el día, tuya la noche; tú creaste la luna y el sol […] ¡No arrojes a las fieras la vida de tu tórtola, no olvides jamás la vida de tus humildes! Dirige tu mirada a la alianza, pues hasta los últimos rincones del país están repletos de violencia. Que el oprimido no regrese avergonzado, que el humilde y el pobre alaben tu nombre. Oh Dios, ponte en acción, defiende tu causa” (vs. 13.22)

Estamos ante un Dios soberano que aplasta todo aquello que es objeto de temor y opresión. El asunto no es si el Leviatán existió o no, sino que la gente sufriente lo temía.. Así que sí, en toda La Biblia hablar del tándem creación-liberación es hablar de lo mismo. De un Dios que es el Señor de todo, quien creó el mundo para el bien de los desfavorecidos y no para su temor. Leviatán go home!!

Génesis se levanta como una asombrosa performance acerca de Dios y del destino de una humanidad llamada a vivir libre de la opresión politeísta.

¡E igual ocurre con el relato del Diluvio! Es revelación desde un simbolismo pedagógico profundamente trasgresor y contextualizado para sus receptores originales que nos habla de muchas cosas también a nosotros.

Los primeros 3 capítulos de Génesis también tratan de mostrarnos aspectos más amplios como la confianza en Dios, la consciencia, la pérdida de la inocencia, el manejo del conocimiento, la responsabilidad corporativa… Pero asuntos como la teoría de la evolución y otros temas deben debatirse desde el área estrictamente científica, no desde La Biblia como bien decían Galileo y compañía. Para los autores bíblicos lo fundamental del mundo no es cuándo o cómo fue creado en términos naturalistas sino que fue constituido para vivir libres dando la gloria a Dios, no bajo cautividad ni opresión. El relato de La creación trae libertad a los exiliados, a cada uno de nosotros para volver al hogar de la plenitud planificada cuando Dios formó el mundo. Por su Palabra somos libres, ya no más esclavos.

[1] Más en http://www.puertachile.cl/index2.htm  Teología > Biblia > Hans de Wit, He visto la humillación de mi pueblo: 2. La canción de la tierra, 1988

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