miércoles, octubre 30, 2024

Paso 2. La INSPIRACIÓN dentro y fuera de La Biblia

Cómo leer lo más difícil de La Biblia. Paso 2 de 15

En el anterior artículo expusimos algunos principios para comprender mejor la inspiración divina en La Biblia. En este comenzaremos por analizar el término «inspiración» cuando aparece en La Biblia:

Toda escritura inspirada es útil… para llevarnos a buenas obras (2ª Timoteo 3, 16-17)

El único versículo que incluye el término y que suele traducirse como inspiración es el siguiente:

Toda Escritura es inspirada por Dios………útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente equipado para toda buena obra (2ª Ti. 3, 16-17).

El propósito de toda inspiración de Dios es “llevarnos a realizar buenas obras” (2ª Ti. 3, 16-17), así que ¡Asunto resuelto! Ya conocemos el propósito de la inspiración en La Biblia.

¿Y qué es lo que nos lleva a esas buenas obras? Como explica el profesor Dionisio Byler, “este término (theópnevtos) se emplea esta única vez en la Biblia; […] y viene a expresar una acción de Dios: respirar o soplar. […] viene a decir, entonces, que los textos sagrados de Israel con que se había formado Timoteo desde niño comparten en algún sentido ese «no sé qué» de lo divino[1]”. El soplo de Dios nos lleva a las buenas obras.

Consultando análisis del versículo, algunos eruditos afirman que una traducción más precisa de este versículo sería: “Toda escritura inspirada por Dios es útil”, una adaptación similar a la que hizo Lutero y en la que el concepto de inspiración se abre para recaer sobre cualquier escrito (sin definir) que nos impulse a realizar buenas obras.

Según esta propuesta, Pablo no estaría pensando únicamente en un compendio hebreo parecido o igual a nuestro Antiguo Testamento (como tradicionalmente se interpreta), sino que estaría refiriéndose a cualquier escritura que nos inspire a realizar buenas obras de Dios.

Bien. No nos agobiemos con esta polémica. Porque independientemente de cuál sea la mejor traducción de 2ª Ti. 3, 16-17, todos los cristianos deberíamos estar de acuerdo en que Dios inspira La Biblia, y también a quién quiere y como quiere.

De hecho, esa “toda escritura inspirada” siempre irá para nosotros como cristianos más allá del Antiguo Testamento ya que también aceptamos el Nuevo Testamento que aún no se había escrito por entonces. Todo para llevarnos a buenas obras.

Bien. Recopilamos:

Tenemos claro que: 1) La inspiración -según La Biblia- tiene como propósito llevarnos a buenas obras.

2) Que La Biblia NO afirma en ningún lugar que la inspiración divina se restringa únicamente a unos libros concretos.

Aclarados estos puntos, damos un paso más para tratar de comprender qué es la inspiración en La Biblia:

Luz extrabíblica para iluminar La Biblia

Existe una verdad un tanto tabú que no siempre ha sido bien comprendida dese la iglesia: Nos referimos a la importancia de la inspiración divina fuera de La Biblia ¿Y por qué hablar de esto en unos artículos acerca de cómo comprender mejor La Biblia?

Bien. En primer lugar, porque es La Biblia quien nos expone esta importante realidad. Y es por algo. Lo hace porque somos llamados a una vida plena real que conecta con el Espíritu Santo y que permanece atenta a las creativas maneras en las que habla. También fuera de La Biblia como veremos.

ACLARACIÓN: Para nuestro enfoque consideramos La Biblia como el marco común revelado por Dios para la guía de los cristianos. Lo declaramos por fe y por evidencias. Creemos que cualquier supuesta revelación extrabíblica no será válida como de parte de Dios si contradice al evangelio de Jesucristo.

Una maravillosa paradoja: El canon bíblico existe porque creemos que Dios inspira fuera del canon bíblico

Dicho esto, nuestra plena aceptación del canon del Nuevo Testamento es una demostración de que los cristianos creemos que el Espíritu Santo inspiró palabras y decisiones de personas posteriores a los escritos bíblicos. De otro modo… ¿Por qué tendríamos que creer que 3ª de Juan o Apocalipsis fueron inspirados por Dios? ¿O por qué no incluir en nuestro Nuevo Testamento libros muy apreciados por los primeros cristianos como la carta de Clemente o el pastor de Hermas?

Afirmamos que Apocalipsis fue inspirado por Dios, no porque Jesús o Pablo lo dijesen, pues aún no se había escrito cuando ellos hablaron. Ni siquiera sabemos a ciencia cierta quién era ese Juan que lo redacta. Como tampoco sabemos quiénes fueron los autores de cartas canónicas como la de Hebreos. Sin embargo, todos estos escritos son parte de nuestras Biblias porque confiamos en la inspiración divina en la recopilación y escritos de creyentes de los siglos I, II, III y IV. Confiamos en todo este proceso extrabíblico porque confiamos en un Dios misericordioso con nosotros.

Textos seculares citados en La Biblia para inspirarnos

Creer que Dios inspira fuera de Las Escrituras es algo que nos lo muestra continuamente la propia Biblia. Lo vemos, por ejemplo, en la epístola de Judas cuando cita 1ª de Enoc, un libro que no está en nuestro Antiguo Testamento (aunque sí en el de los cristianos etíopes). En otros ejemplos, Pablo citaría un refrán de Epiménides, (filósofo del siglo VI a. C.) en su obra Cretica (ver Tito 1, 12) o a Arato de Cilicia[2] en Hechos 17, 18. ¡Son muchos los ejemplos de citas extrabíblicas en La Biblia que contribuyen a llevar a su auditorio a buenas obras!

¿Por qué son importantes estas citas seculares? Conexión con Dios: El ejemplo de Pablo en Atenas

Pablo no usó citas de Isaías o de Moisés para conectar con el areópago de Atenas (Hechos 17). No cita el Antiguo Testamento que desconocían sino palabras de Filóstrato o Pausanias y otras alusiones a aquella cultura secular. Y dice La Biblia que algunos creyeron al oírle, entre ellos un influencer areopagita.

La inspiración de Dios recayó sobre Pablo para señalar otros escritos útiles fuera del compendio de la tradición hebrea para llevar a su auditorio a buenas obras de salvación. Con esto Pablo captó la atención del auditorio y pudo presentarles un Dios al que poder conocer.

Esto mismo ocurre hoy. Un ejemplo son las típicas alusiones que los cristianos hacemos a los historiadores Suetonio o Flavio Josefo cuando los no creyentes cuestionan la existencia de Jesús.

Esto nos lleva al siguiente paso: ¿Estamos siendo inspirados por Dios cuando citamos estas fuentes seculares para mostrar al mundo actual la realidad de Jesús? ¿Cabe también la posibilidad de que Dios inspirara el registro de aquellas citas seculares de Suetonio o Josefo al inicio del cristianismo? Yo creo que sí, porque como dice La Escritura: “todo lo bueno y todo don pertinente viene de lo alto, del Padre de las luces” (Stg. 1, 17).

Si hoy se nos sigue llamando a “examinadlo todo y retened lo bueno” (1ª Ts. 5, 21) es porque el soplo de Dios puede estar delante de nuestras narices para llevarnos a grandes acciones.

El folclore judío (de fuera de La Biblia) para mostrar la voluntad Dios

En otro ejemplo, Janes y Jambres fueron los magos egipcios que se enfrentaron a Moisés según los escritos apócrifos del folclore judío.

Sus nombres no aparecen en el Antiguo Testamento a pesar de que 2ª de Timoteo 3, 8 sí los cita. Esto hace que algún cristiano se pregunte…  Entonces… ¿Prefirió Dios revelar sus nombres a autores de libros que no están en La Biblia? … Pero la respuesta a esta pregunta no es tan importante ¿Qué más da? A Pablo no le preocupa lo inspirada que pudiera estar aquella fuente extrabíblica que recoge esos nombres. Al autor de 2ª de Timoteo le interesa la enseñanza cuando dice “de la misma manera que Janés y Jambrés se enfrentaron a Moisés, estos de ahora se enfrentan a la verdad.

Pablo quiere ilustrar en qué consiste la oposición de los malos contra Dios en el desarrollo pastoral del joven Timoteo. Eso es lo que le importa. Y utiliza nombres conocidos sin importarle demasiado si eran reales o fabricado por leyendas urbanas. Lo que sí sabe es que los oyentes identifican rápidamente a qué historia se refiere y que eso les ayuda a abordar situaciones similares.

La utilidad de la inspiración extrabíblica para comprender los textos bíblicos

Tal y como estamos viendo, la inspiración extrabíblica es real, fascinante y muy beneficiosa. Pero quizás te sigas preguntando: ¿Y esto en que me ayuda para comprender textos confusos de La Biblia?

Pues nos ayuda de muchas formas. Esa luz que Dios ha transmitido “secularmente” durante siglos fuera de La Biblia -quizás desde la ciencia o la arqueología- nos ha ofrecido una inmensa claridad para comprender los textos bíblicos. En los dos últimos siglos acumulamos más conocimientos del mundo bíblico que en los 18 siglos anteriores juntos. Ahora comprendemos infinidad de términos bíblicos que por siglos no se sabían bien cuál era realmente su significado. Lo mismo podemos decir de giros del lenguaje, polisemias, dobles sentidos, frases hechas, alusiones, simbolismos, nombres propios, costumbres, divinidades citadas, lugares, etc. Es Dios quien en su soberanía y misericordia ha querido traernos toda esta luz que nos ilumina Las Escrituras mucho mejor que hace 1000 años. Y esto encaja en cómo definimos el soplo de Dios, la inspiración divina que también es progresiva.

Un ejemplo de esto lo vemos en el soplo divino sobra la medicina en estos siglos: Cuando leemos: “Ya no bebas solo agua sino usa un poco de vino por causa de tu estómago y frecuentes enfermedades” (1 Ti. 5, 23) no nos quedamos en la aplicación literal de esta orden dada a Timoteo para tratar todas nuestras enfermedades (aunque en el pasado muchos sí lo hicieron) ¿No es así? Gracias a los avances médicos hoy sabemos que para muchos problemas de estómago y otras enfermedades el vino no es la mejor solución. Pero de este versículo sí aprendemos acerca de la preocupación pastoral de Pablo con su discípulo Timoteo que también incluía un interés genuino por su salud ¡Buen ejemplo de mentor el de Pablo!

Dios habla como quiere y desde donde quiere ¡Permanezcamos atentos!

El Salmo 8, 2 nos dice que “incluso por la boca de niños y los bebés Dios nos habla”. ¿Qué significa esto? ¿Por qué es importante? Pensemos en una conversación con un amigo en un bar o en ese sermón que cambió nuestra vida. Recordemos esas palabras que un día nos despertaron a una nueva dimensión espiritual a pesar de que no estábamos de acuerdo con todo lo que nos dijo ese amigo. Pero aún con esos “peros” ¡Dios nos tocó!  Él usó a alguien fuera de La Biblia para tocarnos ¿Has experimentado este tipo de inspiración en tu vida? ¿Ha sido revitalizante? ¿Te llevó a buenas obras? Seguro que sí.

Espero que esta reflexión te anime también a conocer algo más acerca del mundo bíblico. A mí me ayudó mucho a maravillarme con La Biblia, por ejemplo, leer libros acerca de cómo era la familia del Imperio romano en el siglo I ¡Es fascinante descubrir cuán transgresor eran algunos valores bíblicos y todo lo que Dios inspiró en el Nuevo Testamento para aquellos contextos!

Y es que Dios nos habla desde el Antiguo Testamento… desde el Nuevo, y desde otros escritos y acciones. Dios nos habla mediante niños, desde sueños, ideas creativas o desde esa naturaleza que cuenta la gloria de Dios (Sal. 19, 1). Son múltiples las formas de inspiración que Dios usa para llevarnos a las buenas obras. O dicho en palabras de Richard Rohr, “las palabras escritas están inspiradas en tanto nos inspiran y nos cambian a nosotros […] Infunden en nosotros una vida más amplia”[3].

En el siguiente artículo «¿Cuán condicionada está mi interpretación de La Biblia?» hablaremos de la importancia de nuestro sesgo cognitivo en nuestras conclusiones teológicas. Expondremos la necesidad de tomar conciencia de esto, de que todos llevamos unas lentes con las que interpretamos La Biblia. Entender mejor nuestro sesgo será clave también para una saludable convivencia en la iglesia, para el discipulado y para la evangelización relevante.

[1] Dionisio Byler, Todo lo que te preguntabas sobre La Biblia, Biblioteca Menno, 2014, p. 62

[2] Arato de Cilicia (315-245 a. C. en Fenómenos)

[3] Richard Rohr, La Biblia y su espiritualidad, SalTerrae, 2012, p. 31

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