OBJECIÓN: Las religiones matan ¡El cristianismo es muy malo! De pequeño los curas me pegaban. Mira la inquisición, las cruzadas, la imposición de la fe… ¿Cómo puedes pensar que seguir al Dios cristiano es bueno? ¡Usemos la razón!
RESPUESTA: Es obvio que se ha hecho y se sigue haciendo mucho daño en el nombre del Dios cristiano. Es espantoso y necesitamos reflexionar.
A nadie se le ocurriría plantear que la medicina es mala y que debe eliminarse por culpa del tráfico de órganos, los errores médicos o el abuso de empresas farmacéuticas. Tampoco nos planteamos eliminar la ciencia por brutales aberraciones contra la humanidad como Hiroshima, Nagasaki, Chernobyl o el cambio climático.
Si eres pacifista y matan en tu nombre ¿Te conviertes en asesino?
Todo esto demuestra que el ser humano es experto en utilizar lo mejor y más positivo para convertirlo en abuso y manipulación para servirse de ello. Pero ¿Habría que eliminar La libertad porque se ha matado a millones en su nombre? ¿Habría que denunciarte si matan en tu nombre aunque tú enseñes devolver bien por mal? Sería injusto ¿Verdad? Pues esto es lo que ocurre cuando se ataca el cristianismo señalando barbaridades que nada tienen que ver con el Cristo de los evangelios al que seguimos. Debería ser obvio que hacer mal en nombre de algo o alguien no hace necesariamente malo ese algo. El Cristianismo es Cristo (como su propia raíz etimológica indica) y no lo es blasfemar su nombre con atrocidades.
Otra de las falacias que se esconden tras la expresión “las religiones matan” es que depende de qué religión hablemos. Porque no todas son iguales. No todas enseñan lo mismo, por lo que generalizar es injusto e irracional.
Jesús fue asesinado en nombre del Dios de La Biblia
El rechazo contra el abuso en nombre de Dios no es un invento de antirreligiosos. Ya era la gran denuncia de La Biblia. Isaías, Amós o Jeremías se jugaron el cuello denunciando los abusos de los supuestos representantes de Dios. La Biblia no esconde esta realidad y recoge numerosas barbaridades cometidas en nombre de la divinidad. Jesús mismo fue crucificado por la «iglesia oficial» de su tiempo: los escribas y fariseos, la jerarquía establecida del Pueblo de Dios. Sin embargo, Jesús señaló su hipocresía. Él fue duro con los religiosos. Denunció públicamente su abuso, la opresión al débil en el nombre de Dios… y le mataron. Asesinado en el nombre del Dios de Jesús.
Los cristianos auténticos no matan. Pero hoy sí son matados
Durante los tres primeros siglos de nuestra el Imperio romano y gran parte de la sociedad civil perseguía, denunciaba, torturaba y mataba cristianos ¿De qué lado hubieras estado tú en el siglo II? Es fácil e ingenuo criticar barbaridades de otros tiempos asumiendo que hubiéramos sido parte de los buenos. La sangre de los cristianos empaparon los primeros siglos de Occidente. Y hoy siguen masivamente masacrados por todo el mundo. Más que antes incluso. Pero ¿Denuncian los críticos de la religión la atrocidad actual contra los cristianos del mismo modo en el que denuncian las atrocidades de religiosos de hace siglos? No veo que la mayoría lo haga, lo cuál evidencia no existe una preocupación real por la dignidad y libertad de las personas sino por debatir «en contra de».
El odio provocó que seguir a Cristo no trajese «paz, sino espada» sobre sus discípulos (Mateo 10, 34). En Mateo, capítulo 10, Jesús anuncia que vendrá espada y persecución contra sus seguidores. Se vaticina que incluso los familiares pondrían a los creyentes. Y así ocurrió.
El cristianismo es No-Violencia
Calificar el cristianismo de repudiable porque muchos poderosos se han servido de él para abusar no tiene sentido porque eso no es cristianismo. Jesús nunca obligó a nadie a seguirle contra su voluntad ni buscó el poder político. Si el cristianismo es un escándalo lo fue por su no-violencia: «Amad a vuestros enemigos y portaos bien con los que os odian. Bendecid a los que os maldicen […] Portaos con los demás como queréis que los demás se porten con vosotros. Porque si solamente amáis a los que os aman, ¿cuál es vuestro mérito?” (Lucas 6, 27-32). En un encuentro directo de Jesús con el poder político -con Pilatos- su respuesta es clara: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado» (Juan 18, 36). Cuando unos discípulos sugieren fuego sobre sus enemigos, Jesús les reprende: «¡No sabéis lo que estáis diciendo! Yo he venido para salvar almas, no para perderlas» (Lucas 9, 54-56). O como cuando le dice a Pedro «Guarda tu espada, porque al que mata con espada, con espada lo matarán» (Mateo 26, 52). El pacifismo en medio de una dictadura militar era transgresor y más que claro en un Jesús que nunca tendría ya nada que ver con la guerra o la violencia. Sí con la paz.
Es frustrante tener que dar explicaciones todo el tiempo de las repugnantes acciones de Torquemada, o de lo que digan otras religiones o instituciones que no reflejan a Jesús. Preguntadles a ellos. El abuso o la imposición es anti-cristianismo, se haga en el nombre de Cristo, La Libertad o Rita.
Incluso aunque hoy muchos cometieran la blasfemia de matar en el nombre de Jesús, esto es algo no ocurre. Incluso el ateo más popular, Richard Dawkins, reconoce que: “No hay cristianos, hasta donde yo sé, volando edificios. No estoy al tanto de ningún cristiano bomba suicida. No conozco ninguna denominación cristiana que crea que el castigo por apostasía es la muerte [1]”. ¡Y esto es increíble cuando más de 1000 millones de personas se auto consideran cristianos! La fe cristiana es un freno para la violencia.
Valores sociales occidentales inspirados por el cristianismo de Jesús
Pero, ¿Una sociedad sin Dios sería un mundo mejor? ¡Pues depende de qué Dios! Si deseamos un análisis ponderado del legado del cristianismo en nuestra cultura debemos mirar la influencia del cristianismo de los evangelios, no el de las acciones anti-cristianas. Muchos desconocen que detrás de los logros de Occidente más valorados estuvieron cristianos sinceros movidos por su fe: Medicina, educación, ciencia (en gran parte la revolución científica -por ejemplo- consideró la naturaleza como una creación ordenada bajo las leyes del Creador), la abolición de la esclavitud, la alfabetización, la justicia hacia los desfavorecidos, la transparencia frente a la corrupción, la igualdad entre hombre y mujer (Sí, Jesús fue un revolucionario pro-mujer en su tiempo), etc. Los Derechos Humanos tienen un germen cristiano, un hecho que en ocasiones supone un problema para las culturas «no cristianas» que ven estos derechos como una imposición de valores occidentales.
Muchos anticristianos desconocen que hay un daño que no se produce contra ellos porque a su alrededor hay personas que siguen a Jesús que son guiados por la bondad y no por la agresión. Esto no se puede medir porque se trata de un mal o venganza no producidos. Cierto. Pero es el fruto real de la fe cristiana de otros a tu alrededor. Multitudes reciben favores de vecinos, compañeros u ONG porque hay personas movidas al amor tras haber creído en Jesús. Ocurre aunque no se cuente.
«El seguimiento de Jesús implica obligatoriamente NO MATAR, perdonar y amar al otro. El ateísmo no implica esta obligación»
Ateísmo y barbarie
Para Nietzsche la muerte de Dios provocaba el rechazo de los valores absolutos y la creencia en una ley moral objetiva y universal de obligado cumplimiento. Se atrevió a vaticinar que la muerte de Dios llenaría de sangre la historia del siglo XX. Y lo cierto es que nunca hubo tantos asesinados en Occidente como en dicho siglo. Movimientos políticos hostiles hacia el cristianismo como los de Camboya o la URSS tampoco fueron un paraíso. En el Occidente de hoy, personas sin vinculación con iglesias ni creencias están a diario matando, robando, etc.
La atea Karen Armstrong, premio Princesa de Asturias de las Ciencias Sociales 2017 por su estudio de las religiones afirma: «Hemos convertido la religión en el chivo expiatorio […] Culpamos a la religión de la violencia, cuando en realidad la violencia está en la naturaleza humana. Las guerras son un invento de la civilización y están presentes en todo tipo de sociedades, mucho antes de la llegada del monoteísmo«.
Las palabras de Dostoiesvski “Si Dios no existe, todo está permitido” es un lema real para muchos. Según el premio Nobel Czeslaw Milosz: «Hoy el verdadero opio del pueblo es creer que no existe nada tras la muerte. Vivir con el consuelo de que todo nuestro mal, nuestra codicia no serán nunca juzgados«.
Por supuesto que uno puede ser ateo y buena gente. Muchos ateos son mejores personas que yo y que otros cristianos. Pero el seguimiento de Jesús implica obligatoriamente no matar, perdonar y amar al otro. El ateísmo no. Y por esto muchos que no creen en un Dios al que rendir cuentas carecen de freno moral para tantas cosas. Yendo un paso más: ¿Y cómo juzgamos las últimas masacres cometidas por ateos en EE.UU. contra creyentes por su odio a las religiones [2]?
¿Y nuestro mal?
Todos criticamos el mal de otros pero pedimos compasión para el mal que nosotros cometemos. Por no hablar del que no vemos o no queremos reconocer en nosotros. Twitter o la calle demuestran que el odio lo alcanza todo sin dioses por medio. No somos tan buenos e inocentes como creemos. Los cristianos tampoco. Por eso no nos predicamos a nosotros sino a Cristo resucitado. La Biblia recoge hechos repugnantes. Es realista en su exposición de que el problema del ser humano no es de religión o ausencia de ella sino de su maldad interior. La gran noticia es que Dios se ha acercado a perdonar nuestras injusticias, egoísmos y contradicciones. Un pago necesario por nuestro mal realizado por Jesús en la cruz por nosotros, por aquel de quien Pilatos dijo «Ninguna culpa hallo en este hombre ¿Qué mal ha hecho?» (Lucas 23, 22).
Por Delirante.org
[1] The Gospel Herald. 01/12/2016
[2] La Voz de Galicia 11/02/2015. Un ateo fanático mata a tres estudiantes musulmanes. El Pais 18/06/2015. Un hombre mata a nueve personas en una iglesia en Charleston. El Pais. 04/10/2016. El asesino de cinco niñas en Pensilvania: Estoy lleno de odio contra Dios”. El Mundo 02/10/2015. “El autor de la matanza de Oregon sólo mató a quien confesaba ser cristiano”.>